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lunes, 3 de octubre de 2016

Destino India

La India, un país lleno de cultura, con un largo y conocido pasado, me ha cautivado, y es que ¿quien no ha visto nunca un vestuario hindú? Ya sea en las famosisímas películas de Bollywood, como en las noticias, o en las mismas calles de nuestra ciudad, al menos una vez hemos apreciado los colores brillantes de las telas y sus deslumbrantes adornos dorados o plateados.

Básicamente, he decidido dedicar una parte de mi colección a la India porque hace unos meses tuve la suerte de encontrar el videoclip de Kajra Reuna, una de las canciones de Bunty Aur Babli, una de las muchas películas que ha producido Bollywood, en el que participan la bella ganadora del concurso Miss Mundo en el año 1994, Aishwarya Rai. En el vídeo pude observar los bailes de las mujeres, y, aparte, el maravilloso trabajo de las encargadas del vestuario, lleno de colores, adornos, y brillos, que transmiten alegría y juventud a quien los viste.

Me he inspirado, más que nada, en este videoclip, pero también he investigado mucho sobre la ropa hindú femenina, viendo vídeos, películas, muchas páginas y foros de internet repletos de imágenes. El maquillaje, los peinados y los complementos también tienen un papel muy importante en la vestimenta tradicional, son prácticamente algo imprescindible, es por eso que he decidido crear una corona con cadenas doradas, para darle más vida y realismo al outfit, y un maquillaje potente, con unos ojos muy ahumados y marcados con el lápiz negro.

Me he basado en la falda de Aishwarya para hacer la mía, que a diferencia de la suya, es rosa pastel, circular, con un “cinturón” de brillantes dorados cosidos en la cadera, y un bordado cosido también dorado, en la parte inferior de la falda. Para la camiseta, he decidido coger una típica falda para bailar la danza del vientre, utilizando las monedas o cuentas de esta para decorarla. La espalda de este top és abierta, con cuerdas para ajustar según el tamaño de la espalda de la modelo.

Destino México

México es uno de los países más conocidos del mundo, por su deliciosa (y grasienta, todo hay que decirlo) comida picante, y por sus habitantes, llenos de alegría y de tradición, característica que se han visto reflejadas en su forma de vestir y en su ropa más folclórica, repleta de gravados florales y animales, con vestidos, ponchos, camisetas, pantalones y sombreros llenos de colores y ondulaciones.

En la actualidad, tanto en México como alrededor del mundo, los habitantes del país llevan ropa basada en la moda occidental, debido a la globalización, pero todavía son muchos los mexicanos que son fieles a sus tradiciones y que no abandonan el hecho de confeccionar ellos mismos la ropa y todas las piezas que visten, basándose en sus costumbres más ancestrales y su moda más práctica y tradicional.

Como México es un lugar repleto de vegetación y donde, de hecho, hace mucho calor, las temperaturas suelen ser muy altas en todo el territorio, y como consecuencia de ello, la ropa tradicional mexicana es fresca, cómoda y llena de bordados inspirados en la naturaleza tan variada de sus paisajes.

Tanto en el país de México como en muchas otras civilizaciones, hay muchos tipos de prendas tradicionales, aunque todas siguen unas pautas básicas, pues todas son piezas llenas de colores vivos y fuertes, que en un principio fueron elaboradas de algodón y fibras (como corteza y el agave), y más tarde, debido a la colonización española, de lana y seda. Teniendo en cuenta estas características, he decidido crear mis diseños basados en México, de estos materiales, para serle fiel a las tradiciones y al país en el que me he inspirado para crear este outfit.

Aunque la moda nunca ha sido un factor importante en el México más clásico, los trajes tan llamativos de las mujeres pueden llegar a costar mucho dinero, pues cautivan al público nacional y extranjero por el diseño de sus colores y texturas, haciendo de estas prendas una mezcla de técnicas coloniales y símbolos indígenas (de hecho cada región de México borda la tela con motivos distintos, siguiendo sus costumbres y rituales) que tienen relación directa con la cultura maya y azteca.

Algunos de los trajes tradicionales en los que me he inspirado son los siguientes:





El huipil es una blusa o un vestido (generalmente blanco), típico de la cultura mexicana adornado con motivos florales o asimétricos coloridos que suelen estar bordados a la tela. Es la vestimenta propia de los indígenas y mestizos de la parte del sur de México y Centroamérica. El huipil consta de la misma dimensión desde arriba hasta abajo, y está cosido lateralmente, con dos aberturas para los brazos y una más en forma de rectángulo para la cabeza. El cuello, las mangas y también la parte inferior el vestido están decorados con motivos de gran colorido, generalmente bordados.





El quexquémitl es una prenda característica de la indumentaria indígena de México. Está destinada a ser casi una capa donde la cabeza tiene que pasar a través de la apertura del centro, como si de un poncho se tratara, mientras que las esquinas de la tela quedan colgando en los cuatro lados. No son sólo las mujeres mexicanas las que visten los  quechquemitl, pues esta una prenda omnipresente. La palabra “quexquémitl” viene del náhuatl (una de las más antiguas lenguas indígenas), y significa “punta del cuello”. Es muy probable que provenga de la costa del Golfo de México, donde ésta pieza es, en la actualidad, la prenda característica de las mujeres indígenas de la región. El quexquémitl se trabaja principalmente con telas de algodón o gruesos hilos de lana, tejidos en un telar de cintura, siguiendo las técnicas milenarias de los pueblos mesoamericanos.

Existen varias maneras de confeccionarlo. La más sencilla es con dos fragmentos cuadrados de tela que se cosen por los lados, de manera que forman un rombo con un hueco para meter la cabeza por él, mientras que la otra forma consiste en el uso de dos piezas rectangulares de tela. Los lados menores son cosidos a los lados mayores, de manera que en el centro de ellos quede un orificio para la cabeza, de esta forma se crea el “poncho”.

El rebozo es otro tipo de prenda tradicional mexicana, exclusiva para el uso de las mujeres; es de forma rectangular y de una sola pieza, los rebozos miden de 1.5 m a 3 m de longitud, y están hechos con materiales como algodón, seda, lana o incluso articela. Esta prenda es parecida a una bufanda, con la diferencia de que los rebozos no tienen como función proteger el cuello del frío o del viento, si no que estos pueden cumplir con diversos trabajos, como por ejemplo el transporte de productos del mercado, o cargar a un bebé en la espalda, aunque también se pueden utilizar como un chal o un accesorio más que adorne la vestimenta.

El rebozo alcanzó mucha importancia, tanta, que incluso en el siglo XVIII se dictaron leyes y reglas para la elaboración en cuanto al tamaño, el tejido, la clase de hilo y el dibujo estampado en ellos. Al igual que otras prendas, el rebozo tiene símbolos únicos como el color y el entretejido de los hilos que identifican el origen de las personas dependiendo de la comunidad que los confecciona y utiliza. A causa de su naturaleza folklórica, el rebozo es usado a menudo como parte del traje típico de los bailes mexicanos tradicionales.

Los vestidos de puebla son prendas únicas hechas a mano por los artesanos, estos vestidos son muy característicos de México, pues son las prendas que usan las mujeres durante los días especiales del año, como por ejemplo una fiesta, un festival, etc. También son vestidos utilizados por aquellas mujeres que forman parte de algún grupo coral tradicional, donde se hacen coreografías típicas del país. Estos vestidos tan tradicionales representan a la perfección el folclor mexicano, pues, al igual que la mayoria de prendas tradicionales, están llenos de color y de bordados representativos del territorio, con la diferencia de que estos son más elegantes y menos comunes.

El vestido de puebla está formado por un escote aguado con volantes, que, en la mayoría, deja los hombros desnudos. Los volantes pueden tener diversos colores o ser monocromos, pero siempre teñidos de colores vivos y cálidos, en el caso de que el vestido contenga mangas, estas son abullonadas y pequeñas. La falda que forma el vestido suele ser acampanada y larga, llegando hasta los talones, y decorada, al igual que la parte de arriba, de preciosos bordados con significado oculto. El vestido está hecho de telas suaves y poco pesadas, como el algodón, pues este otorga confort gracias al tejido transpirable. La ropa tradicional mexicana se pensó para la comodidad, y es suelto por las altas temperaturas de México.
Cuando las mujeres llevan puestos los vestidos de puebla, suelen recogerse el pelo con un moño adornado con cintas de colores y flores, también suelen vestir zapatos en punta.



Los llamados sombreros mexicanos o sombreros de charro son muy famosos alrededor del mundo, y de hecho, son unos de los símbolos mas conocidos a medida internacional de México. Estos sombreros forman una parte muy importante de la ropa mexicana. El sombrero de Charro hace referencia al simple hecho de que este sombrero tiene un ala y que son llevados por los charros (más conocidos en España como jinetes). El famoso sombrero está hecho de fieltro de lana, de pelo de liebre o de paja de trigo, dependiendo del propietario, pues estos sombreros también son utilizados por los campesinos, porque son una auténtica protección para el brillante sol de Jalisco, y en el caso de los jinetes, también para la caída desde el lomo de un caballo. Por eso el verdadero sombrero de charro es de ala ancha, levantado de la parte posterior; lleva en la copa cuatro "pedradas" que le dan resistencia en caso de impacto. Para ese último caso es mejor el sombrero hecho de palma, que es más sólido sin ser demasiado pesado.

Lo cierto es que la ropa mexicana es, de por si, una ropa hecha, pensada y diseñada para que, quien la lleve puesta, se sienta cómodo, fresco y seguro, ya sean por sus transpirables tejidos, como por la rigidez o la fortaleza de sus materiales. Los mexicanos son personas muy tradicionales y fieles a su cultura, es por eso que las prendas mexicanas, desde nuestro punto de vista, pueden ser un poco excesivas en cuanto a colores o figuras bordadas, pero lo cierto es que todas estas decoraciones contienen mensajes ocultos, que cuentan historias del pasado del territorio, todo tiene un significado, por eso me he basado en todas estas características, porque quiero que mi colección tenga ese toque significativo que quiero transmitir a quien se la ponga, y también porque México es un país que siempre me ha gustado, porque recuerdan y tienen en cuenta sus raíces indígenas, y toman parte de ellas para crear cosas hermosas, ya sea en la moda como en el mismo arte de la pintura, la escultura, etc.

Destino Japón

Como muchos de nosotros sabemos, una de las formas más conocidas de vestir al rededor del mundo es la que tiene Japón, llena de folclor, historia y tradición, con atuendos llenos de significado y cultura.

Actualmente, en Japón la gente viste como cualquier occidental, con unos buenos pantalones, una bonita camiseta, unos zapatos comunes y una chaqueta que abrigue, pero, en la antigüedad, cuando aún se podría decir que había sumarais y todas las dinastías estaban en la flor de la vida, las mujeres y los hombres japoneses vestían yukatas (o kimonos), que son nada más y nada menos que batas largas que llegan hasta los tobillos y que se utilizaban siempre gracias a su comodidad y su elegancia, aunque, obviamente, hay distintas clases de yukatas, que van desde lo más sencillo y coloquial, hasta lo mas caro, recargado y complejo.

Son seis las clases de “vestidos” que se podrían considerar un yukata:

Los jinbei (甚平) son es un tipo de ropa japonesa tradicional usada por los hombres, mujeres, niños, niñas y bebés incluso durante el verano, estos se usan generalmente como un pijama o como ropa para estar por casa. A veces estos se utilizan como sustituto de los yukatas durante los festivales de verano. Los Jinbei de las mujeres tienden a ser de colores más brillantes y con frecuencia cuentan con grabados de personajes de la cultura popular y motivos folcloricos.

Són conjuntos que consisten en una parte superior y pantalones cortos a juego, aunque algunos tienen pantalones largos y otros vienen con dos pantalones cortos y largos. Los Jinbei tradicionales están hechos de cáñamo o algodón y están teñidos de colores uniformes. La parte superior se asemeja a una chaqueta de manga corta o sin mangas que cae a las caderas. Sus costuras se tejen de manera muy informal para permitir la ventilación durante el verano, manteniendo la cobertura.



El keikogi (también llamado dōgi), es el atuendo o uniforme que visten los japoneses en las clases de artes marciales. Esta vestimenta fue creada por Jigorō Kanō en el año 1907, para vestirlo en las clases de judo, pero con el paso del tiempo, el dōgi se ha ido popularizando, por lo cual actualmente se utiliza en muchos otras artes marciales, como por ejemplo el karate, el aikido, el kendo, el ninjutsu, etc.

Comúnmente se compone de tres elementos: una chaqueta sin botones o uwagi (上着); un pantalón, denominado zubon (ズボン) y el cinturón, denominado obi (帯). En algunas ocasiones se incluye el uso de una hakama (袴) (que es una falda pantalón más larga y con pliegues). El nombre y algunas características varían dependiendo para la práctica de qué arte será usado. El color es generalmente igual y blanco en el uwagi y el zubon siendo el color del obi diferente muchas veces indicando el nivel del practicante, por ejemplo, en esta foto, podemos ver que el alumno es cinturón negro.




Los jūnihitoe (十二単衣) son kimonos utilizados en un pasado (y actualmente en celebraciones y festivales), por las damas de la corte de Japón. Estos son trajes muy complejos, pues se componen de doce capas, y elegantes.

El jūnihitoe comenzó a aparecer alrededor del siglo X, durante el Período Heian. Las diferentes capas de esta vestimenta son de seda, incluidas las prendas íntimas, que van seguidas de otras capas y que son finalmente cerradas por una capa final o bata. El peso total de este kimono tan caro y elaborado podía ser de, incluso, más de 20 kilos.

Los colores, que tienen poéticos nombres como “ciruela roja de la primavera”, y los arreglos de las capas, son muy importantes. Las capas son casi indistinguibles, excepto alrededor de la mangas y el cuello. Aparte de sus ropas, las damas japonesas dejaban crecer su melena metros y metros, y sólo lo llevaban corto a los lados de la cara en forma de capas. Estas melenas se solían recoger en forma de moño tradicional.

El kimono (着物), que significa “cosa para llevar puesta”, es una túnica en forma de “T” tradicional del país, que fue la prenda de uso común hasta después de la postguerra en Japón. Los kimonos son prendas muy largas, que por lo general llegan hasta las partes bajas del cuerpo, con escotes en forma de “V” y amplias mangas. Dependiendo del sexo y la edad, hay diversas clases de kimonos, pues teniendo esto en cuenta, el corte, el color, la tela y las decoraciones, incluso el estado marital, la época del año y la ocasión, varían. El kimono se viste cubriendo el cuerpo de forma envolvente y sujetado con una faja ancha llamada obi. En la antigüedad, esta prenda tan representativa de Japón, se confeccionaba con un material rústico, pero cuando el país fue influenciando por la cultura china y coreana, se introdujo la seda, haciendo que el kimono fuera un traje suntuoso y lujoso, razón por la cual estos se utilizan para las bodas, ceremonias o festivales tradicionales, y aunque estos ya no son tan comunes en el día a día como antes, siguen siendo una pieza fundamental de la moda japonesa.

Los accesorios para acompañar al kimono son los geta (chancletas de madera) o los zori (sandalias bajas hechas de algodón y cuero) y los tabi, que son calcetines tradicionales que separan el dedo pulgar del resto de los dedos para calzar la sandalia.

El yukata (浴衣) es algo así, como una especie de kimono menos pesado, más ligero, más fino y más fresco, pues está hecho de algodón y se suele utilizar en estaciones cálidas o cuando hace mucha calor, aunque principalmente se usa para las fiestas de verano. Es mucho más ligero que el kimono porque no tiene la capa que cubre normalmente a este y porque no es de seda.

Existen dos tipos de yukata:
El primero es de un estilo simple y se usa comúnmente para dormir o para los baños termales, tanto para hombres como para mujeres, mientras que el segundo es un yukata más elaborado y sirve de vestimenta para las fiestas del verano.

Esta prenda de ropa, al igual que el kimono, es muy significativo en Japón.


La cultura japonesa está llena de color, de pétalos de flor del árbol de cerezo, de una gastronomía extravagante con sabor a mar y a condimentos, y sobretodo, de tradiciones sensacionales y de una educación y unos modales inquebrantables. Es por eso que puedo decir que este país me tiene totalmente encandilada, por su belleza y por su gente, así que, gracias a eso, he decidido crear una tercera parte de mi colección inspirándome en sus vestimentas mas tradicionales y representantes. Por esa razón, en estos diseños podemos ver ese toque asiático que tanto me gusta y que tanto me inspira. Para la parte superior de este outfit, he decidido diseñar una camiseta inspirada en las mangas anchas de los kimonos y en el cuello cruzado en forma de “V” de estos, junto con unos pantalones ceñidos al la cintura y la cadera, para que de esta forma el balance entre la camiseta ancha y fluida, y los pantalones firmes y rígidos, sea fácilmente visible.